El que fuese Vicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias parece que ya está de vuelta de todo y se ha quitado la careta definitivamente. Muestra de ello es lo que ha escrito recientemente en la web de su canal de televisión.
Viví la humillación de que los medios convirtieran en un asunto de máxima atención mediática que me comprara con mi pareja, mediante una hipoteca de 30 años, una casa con jardín y piscina. Fue humillante recibir las críticas de mucha gente de izquierdas y de mi propio partido hasta el punto de sentirme obligado a hacer un referéndum absurdo. El propio Enric Juliana, muy consciente de que los comunistas, a falta de armas y de la URSS, solo tenemos nuestro decoro como patrimonio político, llegó a escribir que comprarme una casa con jardín y piscina (como escribió Vallin, cuando era otra persona, lo que desataba el odio era la piscina) representaba un error político.
El CHAVISTA de la coleta, 3 años después de su salida de la política, sigue exactamente igual: impotente, frustrado, rabioso y lleno de odio, rumiando su FRACASO como líder político. Quería asaltar los cielos, derribar el régimen del 78, anular la Constitución y convertirse en DICTADOR ABSOLUTO de la III República. Llegó a ser el líder de un movimiento social, que se transformaría después en partido político, se convirtió en un referente de la izquierda radical en España y en Europa, e incluso en vicepresidente segundo del gobierno, pero a partir de ahí, cuando le tocó gobernar, FRACASÓ estrepitosamente. Lo del CASOPLÓN fue un grave error de imagen y de credibilidad, pero no el único, ni el más importante. Durante el año y medio que fue vicepresidente y ministro de asuntos sociales, se vio claramente que lo suyo no era gestionar. Que lo único que se le daba más o menos bien era ponerse detrás de una pancarta, arengar a las masas radicales y protagonizar escraches, pero a la hora de gestionar, era una NULIDAD ABSOLUTA.
En 2021 cometió el error de dejar al Gobierno tirado en plena gestión de la pandemia y presentarse a las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid. El resto de la historia, ya lo conocemos: el 4 de mayo de 2021 Ayuso le TRITURÓ en las urnas, el pueblo de Madrid le dio una PATADA EN EL CULO y esa misma noche presentó su dimisión antes de que sus propios compañeros lo echaran. Ese fue su punto y final en la política.
Desde entonces, vive obsesionado con su derrota. No termina de asumir que ya no es NADIE, y que eso ya no va a cambiar. Esa obsesión le durará toda la vida, hasta el final de sus dias. Mientras tanto, seguirá acumulando una derrota tras otra. Es lo único que se merece.