¿Prohibido hablar de política y religión en los pubs británicos?

Ir al pub después del trabajo para relajarse con una pinta y charlar sobre temas de actualidad podría volverse más complicado en el Reino Unido. Un nuevo proyecto de ley laboral impulsado por el Partido Laborista busca reforzar la protección contra el acoso en los lugares de trabajo, pero su aplicación en bares y pubs ha generado una intensa polémica.

Según la propuesta, los empleadores serían responsables de proteger a sus trabajadores del acoso no solo por parte de compañeros, sino también de clientes y otros usuarios. Esto significa que, si un camarero o trabajador de un bar considera que una conversación entre clientes es ofensiva o crea un ambiente hostil, el negocio podría enfrentarse a sanciones legales.

El punto más controvertido es que la ley define el acoso como «una conducta no deseada que tiene el propósito o el efecto de violar la dignidad del destinatario o crear un ambiente intimidante, hostil, degradante, humillante u ofensivo». En este sentido, no solo insultos o comentarios explícitamente agresivos podrían ser sancionados, sino que opiniones sobre religión, derechos de las mujeres y personas transgénero, política e incluso veganismo éticopodrían entrar en la categoría de acoso si son percibidas como ofensivas.

La Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC) ha advertido que esta normativa puede «limitar desproporcionadamente» la libertad de expresión y convertir en problemáticas incluso las conversaciones escuchadas por casualidad. «Clasificar el debate político como un tipo de acoso por parte de los clientes plantea cuestiones complejas», explicó John Kirkpatrick, director ejecutivo de la EHRC.

Los propietarios de pubs y bares están en pie de guerra. Según la Asociación Británica de Cerveza y Pubs, se les estaría exigiendo supervisar y censurar conversaciones privadas, lo que consideran una carga excesiva para los pequeños negocios.

«Cualquier legislación debe redactarse con cuidado para evitar consecuencias no deseadas, como esperar que los empleados decidan si una conversación privada viola la ley», advirtió un portavoz del sector.

La situación ha generado inquietud también entre los empresarios. El presidente de la Confederación de la Industria Británica (CBI) ha alertado de que esta reforma podría desincentivar la contratación y provocar despidos anticipados, ya que muchas empresas no cuentan con los recursos ni la formación necesaria para gestionar estas situaciones legales.

El tradicional pub británico, considerado un pilar de la vida social y cultural del Reino Unido, podría verse transformado si los dueños deciden limitar o prohibir ciertas conversaciones para evitar problemas legales. Algunos expertos advierten que esto podría generar un «efecto de autocensura», en el que clientes y trabajadores eviten ciertos temas por temor a represalias.

Mientras el debate sigue abierto, muchos se preguntan: ¿Está en peligro la libertad de expresión en los pubs británicos, o se trata simplemente de una medida necesaria para garantizar entornos más seguros para todos?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *