Inesperado para muchos aunque previsible para todos, China ha tomado la delantera en la carrera tecnológica mundial con el lanzamiento de DeepSeek, un sistema de inteligencia artificial de bajo coste que podría redefinir el equilibrio económico y geopolítico global. Este hito, comparado con el «momento Sputnik» de la IA, marca una nueva era en la que las empresas chinas están listas para reclamar su lugar en la economía mundial.
El informe «China Eats the World», publicado el 5 de febrero de 2025 por Deutsche Bank, ha sacudido los mercados y plantea que 2025 será el año en que China supere definitivamente a otras economías. La entidad bancaria sostiene que la ventaja competitiva de las empresas chinas en manufactura, tecnología y ahora inteligencia artificial ha alcanzado un punto de inflexión que los inversionistas ya no pueden ignorar.
China, de la «desvalorización» al dominio absoluto
Por años, las acciones chinas han cotizado con un descuento en los mercados internacionales, debido a preocupaciones sobre su economía y regulaciones gubernamentales. Sin embargo, Deutsche Bank argumenta que este «descuento» está por transformarse en una prima de valoración, a medida que los inversionistas globales reconozcan el poder de China en sectores clave.
Los datos son contundentes:
- China representa el 30% del valor agregado global en manufactura, superando ampliamente a EE.UU.
- Sus exportaciones de bienes duplican a las de Estados Unidos.
- En sectores como telecomunicaciones 5G/6G, vehículos eléctricos y energía solar, China ya ostenta más del 70% de las patentes globales.
- Las exportaciones chinas han crecido un 7% en 2024, con un fuerte impulso en mercados como Brasil, Emiratos Árabes y Arabia Saudita.
El ascenso chino ha sido comparado con el Japón de los años 80, cuando las empresas niponas escalaron rápidamente en la cadena de valor. Sin embargo, Deutsche Bank enfatiza que China no está repitiendo la historia de Japón en 1989, cuando una burbuja especulativa llevó a décadas de estancamiento. Por el contrario, Pekín ha aprendido de esos errores y está estructurando su crecimiento en base a automatización, expansión internacional y un mayor consumo interno.
DeepSeek y el nuevo paradigma tecnológico
El lanzamiento de DeepSeek, junto con el primer caza de sexta generación del mundo, han colocado a China en el epicentro de la revolución tecnológica. Según el informe, este hito marca el reconocimiento de la propiedad intelectual china y demuestra que la nación asiática ya no solo fabrica barato, sino que innova a gran escala.
Las consecuencias de esta transformación pueden ser brutales para las empresas occidentales. Deutsche Bank advierte que muchas compañías estadounidenses y europeas enfrentarán una crisis existencial si no reaccionan de inmediato. Sus opciones son limitadas:
- Automatizar a gran escala para reducir costos y mejorar la competitividad.
- Levantar barreras comerciales, una estrategia que históricamente ha fracasado en economías desarrolladas.
El sector automotriz es un ejemplo clave. China ha desplazado a Japón y Alemania como el mayor exportador de autos del mundo, con vehículos eléctricos más baratos y avanzados. En 2025, hasta el CEO de Ford conduce un Xiaomi, señala Deutsche Bank, lo que demuestra el cambio radical en la industria.
¿Una nueva guerra comercial o un acuerdo inesperado?
A pesar del crecimiento imparable de China, las tensiones comerciales con EE.UU. podrían recrudecerse en 2025. Sin embargo, el informe sugiere que el gobierno de Donald Trump podría buscar un acuerdo pragmático, en lugar de una confrontación total.
Deutsche Bank prevé que Washington implementará tarifas del 20% sobre productos chinos en dos fases, pero también ve señales de que podría haber un acuerdo comercial temprano en la primera mitad del año. Si esto ocurre, los mercados bursátiles chinos podrían desatar un gran rally alcista.
El impacto de DeepSeek y el auge de la tecnología china no es solo una cuestión comercial; es un cambio estructural en el orden económico global. Con la innovación tecnológica a la cabeza, la expansión de su influencia en mercados emergentes y una creciente revalorización de sus activos, China está reescribiendo las reglas del capitalismo mundial.